Tú me regalaste esto...¿recuerdas? me dijiste que había que usar la coraza de esta manera para no sufrir... ¿qué pasa cuando un dolor tan grande como el que estás pasando atraviesa esta protección como si fuese mantequilla?
Estar tan lejos supone impotencia, rabia de no poder apoyarte. Pediste a todo el mundo no llamarte ni interrumpirte en estos momentos y yo no hago más que pensar en cómo estarás, en que quisiera ser una excepción en esa prohibición y poder decirte algo no cliché... algo que no suene a protocolo... algo como un honesto "por la chucha, Cristian, levanta tu vista y recuerda el pasado, tienes permiso de sufrir hoy y vive el mañana honrando la memoria feliz de tu sobrino... "
Me gustaría que oyeras "estoy aquí", aunque no signifique nada, aunque quizás no hiciera nada, aunque ni siquiera me miraras o hablaras... ... el simple hecho de estar ahí y hacerte saber que sólo tienes que estirar la mano para percibir que te acompaño de alguna manera.
Respetaré tu decisión y quizás otro día podamos hablar de eso... quizás ahora realmente no necesitas a nadie más que los precisos en tu vida, tu círculo íntimo, tus familiares y amigos. quizás no necesitas nada de nadie más... Un dia, cuando me recrimines que no te llamé y que obedecí tu orden te mostraré esto y entenderás que es la única manera que encontré para demostrarte que te quiero, que eres un buen amigo y que tu dolor es tan grande que llega hasta aquí y me tiene con el espíritu inquieto y ésta es la forma de la Comandante Katsuragi de desobedecer esa orden tan tonta y a tu pesar, me pongo en contacto contigo y te ofrezco mi fuerza y apoyo para cuando desees ocuparlos.
Eres un hombre fuerte, pero hasta los más fuertes caen si les dan un golpe certero. Ponte de pie, y por favor... deja lo más pronto que puedas que tu amiga pueda abrazarte.
un beso!
No hay comentarios:
Publicar un comentario